El alcohol engorda: ¿mito o realidad?

Uno de los mitos más importantes que has escuchado durante tu vida es que beber alcohol engorda, un hecho que para muchas personas es 100% real, sobretodo después de ver a numerosos fanáticos de la cerveza con su famosísima “tripita cervecera”. Sin embargo, a día de hoy la mayoría de la gente sigue pensando que esto es sólo un mito.

Lamentamos decirte que sí, por más que te duela reconocer que el alcohol engorda, si no ¿por qué crees que ningún nutricionista o experto de la salud sugiere consumir bebidas alcohólicas? Si aún sigues teniendo dudas, sigue leyendo para descubrir por qué el alcohol engorda.

¿Cuantas calorias tiene el alcohol?

Cada gramo puro de alcohol brinda 7 calorías, entonces, la proporción de calorías que aporte una bebida va a depender bastante de su graduación, es decir, del porcentaje de alcohol puro contenido en cada botella.

Un nivel es igual a 1 ml de alcohol por cada 100 ml de bebida, ejemplo, si un vodka tiene 40 grados esto se traduce a 400 ml de alcohol por cada litro de vodka.

Vino tinto: 1 copa de 100 g = 85 calorías, el vino blanco tiene menos calorías, pero no cuenta con las caracterísitcas antioxidantes del vino tinto.

Bebida blanca (whisky, ginebra, ron): el 48% de su contenido es alcohol, por eso 100 g de alguna de estas bebidas aportan 244 calorías y si le sumas la mezcla (que comunmente es muy azucarada) piensa todo lo que le estás añadiendo a tu cuerpo.

Vodka: 100 g = a 121 calorías.

Cerveza: Por cada 100 g consigues 43 calorías.

¿Cómo te quedas después de conocer todas las calorías que contiene el alcohol? ¿Empiezas a entender por qué no adelgazas haciendo todo el ejercicio que haces?

¿El alcohol engorda? sí rotundo

Para el alcohol no le es suficente con aportarte una cantidad enorme de calorías por cada 100 ml, sino que todavía sigue dañando a tu cuerpo de formas diferentes y ocasionando que éste aumente cada vez más de peso,

¿Cómo lo hace? Sigue leyendo 👇👇

¿El alcohol hace que tenga más hambre?

Sí. No son casualidad los atracones que te pegas cuando llegas ciego después de una larga noche de fiesta y cubatas.

Cuando tomas una bebida alcohólica provocas que los niveles de azúcar en la sangre se descontrolen, entonces tu apetito aumenta; 

Así que, por si fuera poco, el alcohol hace que el sistema nervioso central se relaje, lo que ocasiona un descontrol de la ingesta. Por eso vas a tener mucha hambre después de beber alcohol y probablemente comas lo primero que pilles, ya tenga 50 calorías como 500.

¿Qué tipo de calorías aporta el alcohol?

Esto es uno de los asuntos más alarmantes para los expertos, que las calorías del alcohol son vacías. Esto quiere decir que no aportan nada, estas calorías forman parte del mismo grupo que las calorías que tienen esos comestibles o bebidas que tienen mucha azúcar, algunas harinas o azúcares refinados y demás alimentos ultraprocesados.

¿Se queman rápido las calorías del alcohol?

Esto es una de las únicas cosas a favor del alcohol, ya que se trata de energía de combustión inmediata.

Esto quiere decir que, al ser una fuente de energía ligera ocsasiona que sea lo primero que queme el cuerpo. Lo malo llega cuando el resto de azúcares y grasas que te has metido en el cuerpo por culpa del alcohol (bebida para mezclarlo, picoteo mientras bebes, atraco a la nevera al llegar a casa…) se queda almacenado en el cuerpo, aumentando la grasa corporal.

¿Beber alcohol es malo?

Una dieta que se precie no contempla la ingesta diaria de alcohol, no por las calorías que contribuye, sino por sus efectos tóxicos en el cuerpo al consumirlo con frecuencia y en altas cantidades.

El alcohol tiene el poder de remover vitaminas lo cual es tóxico para las células, dificultando la absorción de proteínas, vitaminas y otros nutrientes. Además, el cuerpo necesita muchas vitaminas para metabolizarlo, pudiendo llegar a acabar con todas las reservas de vitamina B en el cuerpo.

Conclusión: ahora que ya sabes que el alcohol sí engorda, intenta beber todo el agua que puedas y considera otras opciones alternativas como pueden ser vino y cócteles sin alcohol, que son más saludables y sin renunciar a un buen sabor.